También tengo que admitir que las telenovelas sudamericanas contribuyeron a alimentar en mí el mito de que la chica buena e inocente se queda con el chico rico y espectacular.
Pero luego vuelves al mundo real y te das cuenta de que ningún príncipe te rescatará , que tú solita tienes que sacarte las castañas del fuego y que los finales felices no abundan.Se acabó aquello de que el príncipe rescataba a las princesa de la torre.¡Ja! Tienes que ir tú al castillo del príncipe a pedirle una cita para tomar café-cerveza-lo que sea. Y, quien dice un castillo, dice un chat lleno de pervertidos donde tienes que andar fina para conseguir un chico capaz de seguir una conversación adulta ( que no adúltera) donde su pene no salga en ningún momento como tema de dicha conversación.
En fin , que la vida es dura, Disney tiene la culpa y los finales felices tienes que currártelos mucho.
P.D A veces un café lleva a otro café,pero no he conseguido ir más allá. Si alguna afortunada lo ha logrado que exponga su experiencia a modo de enseñanza para las demás.
jajajaja Yo no he sido chica Disney pq soy de otra generación, pero vamos, que todas nos hemos criado con ese tipo de cuentos e historias (las haya escrito quien las haya escrito) y es cierto que eso a las mujeres en definitiva nos he hecho "daño".
ResponderEliminarPero sí he sido muy telenovelera (y lo sigo siendo eh, soy casi experta), aunque a mí eso no me ha afectado tanto, es más, es la única cosa (a parte de una buena reunión de amigos) que me hace desconectar absolutamente de todo y dejar mi mente en blanco (por eso las sigo viendo, y a mucha honra).
Respecto a los chats... ay los chats. Yo sí he conseguido ir más allá de un café, a ver, así que recuerde, en el blog conté la historia del "follamigo", al estresao (aunque ya ves cómo terminó la cosa)tb lo conocí por internet (aunque no en un chat), a otro chico del q no he hablado también y a mi ex tb (q estuve con él 6 años). Para mí es un medio más, no creo que un bar por la noche te dé más garantía para lograr una relación. Mira, al informático lo conocí en el entorno laboral y ya ves, tampoco ha cuajado